Los estudios prospectivos, como su nombre indica, están diseñados para analizar el futuro, aunque solo sea por un corto período de tiempo. Los resultados de estos estudios pueden ser muy valiosos. Los estudios de este tipo pueden usarse para determinar el riesgo relativo de enfermedad, así como para identificar factores que pueden aumentar o disminuir el riesgo de una persona de desarrollar ciertas enfermedades.
Los estudios prospectivos a menudo se llaman estudios de cohortes. Esto se debe a que se inscriben a los sujetos antes de que se observe cualquier inicio de la enfermedad. Debido a que los participantes son seguidos a través del tiempo, se pueden comparar entre sí para ver cómo las mismas exposiciones afectan a diferentes individuos. Además, debido a que los datos se recopilan antes de que se desarrollen condiciones, el riesgo de sesgo disminuye.
Los estudios prospectivos pueden clasificarse en varias categorías, incluidas las abiertas, cerradas y dinámicas. Los estudios abiertos son aquellos que reemplazan a los participantes perdidos, mientras que cerrados y dinámicos son aquellos que no lo hacen. Los estudios dinámicos y abiertos se pueden realizar por teléfono, en línea, en persona o por correo cuestionarios. Si bien las cohortes abiertas y cerradas tienen sus propios méritos, no hay una respuesta clara sobre qué tipo es el mejor para cualquier estudio en particular.
Un estudio prospectivo puede ser una buena fuente de información, especialmente si la investigación se realiza en un entorno controlado, como un laboratorio. También es una buena manera de aprender sobre la interacción de un virus u otra exposición con un cuerpo de personas, en ausencia de la exposición real. Sin embargo, dado que estos estudios son de naturaleza observacional, son menos efectivos para enfermedades más raras y más complicadas.
Los estudios prospectivos también difieren de los estudios retrospectivos en que no se limitan al mismo tipo de participante. En el caso de un estudio prospectivo, se recluta a un grupo de personas con la esperanza de descubrir el mejor tratamiento para una afección.
Un estudio prospectivo puede ser un poco costoso de implementar, pero puede producir resultados útiles. Los costos varían según la cantidad de participantes que necesitan ser reclutados y la duración de la investigación. Además, un estudio prospectivo también puede requerir que los investigadores realicen un estudio de seguimiento. El seguimiento es a menudo una entrevista telefónica o un examen físico, pero también se puede realizar en línea o por correo. Los estudios retrospectivos generalmente requieren un equipo más pequeño de investigadores, así como un marco de tiempo más corto para recopilar y analizar los datos.
Entre las muchas diferencias entre los estudios prospectivos y retrospectivos, lo más importante es el enfoque. El primero trata más sobre la ciencia de todo, mientras que el segundo se centra en el uso de datos preexistentes. Ambos tipos son útiles, pero los primeros pueden conducir a una comprensión más completa de la relación entre una exposición y un resultado.
Si está considerando realizar un estudio prospectivo, tenga en cuenta que el método más rentable son los ensayos clínicos aleatorios. Estos experimentos aleatorizan a los participantes en grupos y controlan las condiciones experimentales. También tienen las ventajas de poder evaluar rápidamente los efectos de una exposición, pero pueden ser costosos de conducir.
