Gestionar nuestro tiempo de por sí es algo bastante complicado, pero cuando esto se une con el uso de las Redes Sociales el problema se multiplica Algunos utilizan los medios sociales tan solo para estar al día y encontrar información valiosa de su interés, otros para evadirse un rato comentando con sus amigos 2.0, otros en cambio han encontrado el perfecto escaparate donde “lucir sus plumas” y unos cuantos más por motivos de trabajo, aunque también por supuesto para todo lo anterior, no nos engañemos.Pero el problema surge cuando el tiempo que dedicamos a estar online sin darnos cuenta se nos escapa entre los dedos. Lo más importante es establecer unas normas de comportamiento diarias y sobre todo tener claro para qué las vamos a utilizar.
- Tras el baño y el desayuno nos enfrentamos a un nuevo día que normalmente comienza con prisas (primer error, intentemos levantarnos un poquito antes para poder hacerlo más relajado, la mente y el corazón nos lo agradecerá)
- Una vez que estamos listos podemos aprovechar el transporte hasta el trabajo para poner al día nuestras redes (ojo he dicho transporte pero siempre y cuando no seamos los conductores) y cuidado si vamos caminando mientras miramos nuestro celular, más de uno se ha estampado contra un poste o ha pisado una baldosa rota y luego vienen las consecuencias.
- Una vez en el puesto de trabajo hemos de planificar el trabajo a realizar.
- Si no nos dedicamos al Social Media, recomiendo silenciar los avisos de las redes sociales, WhatsApp, Facebook, y todo lo que haga ruiditos. Simplemente dejar activado el tono de llamada telefónica, así no nos distraeremos cada vez que suene el “plin” y tengamos la tentación de abrirlo.
- El correo electrónico personal hay que mantenerlo cerrado y silenciado, tengamos activa únicamente la cuenta profesional de la empresa. Cuando llegue la pausa del café, será el momento de consultarlo.
- De vuelta al trabajo centrémonos de nuevo en la tarea y olvidemos que existen las redes sociales hasta la hora de la comida, aunque si comemos con clientes, compañeros de trabajo o amigos, deberíamos abandonar de una vez por todas la mala costumbre de fotografiar lo que vamos a comer para colgarlo en Instagram (a no ser que nos dediquemos profesionalmente a la gastronomía).
- Estos son algunos de los momentos básicos, pues si sumamos las 2 horas 16 minutos al día que los mexicanos estamos entrampados en las redes, esto quiere decir 32.85 días al año, poco más de un mes al año, lo pasamos ligados a las benditas redes sociales.