La mejor forma de conocer a una sociedad es a través de sus mercados. Desde la fundación de Tenochtitlan en 1325, estos han sido el punto de encuentro de sus habitantes y visitantes.
La Ciudad de México se edificó de la mano del comercio fijo y ambulante, hoy en día no es la excepción. Desde la época en que el mercado de Tlatelolco era el más grande y mejor surtido del continente hasta nuestros días en que rivalizan con los supermercados y su comida empaquetada, los mercados han sido el reflejo y pulso de la Ciudad.
Mercado de la Merced
Está justo al lado del Centro Histórico, en lo que una vez fue un convento virreinal se encuentra el heredero de los mercados coloniales y prehispánicos. La Merced lucha por mantenerse como el principal distribuidor de alimentos a nivel minorista del distrito federal.
Aquí encontrarás frutas, legumbres, semillas, especias, dulces, carnes, productos de limpieza, aditamentos de cocina tanto de metal como de madera, además de locales especializados en chiles, zacates, estropajos y gran variedad de maíz.
Mercado de Sonora
En el mercado de Sonora, donde encontrarás un sin fin de productos esotéricos y de brujería para todo tipo de cultos, como la santería, Santa Muerte, las adoraciones católicas capitalinas tradicionales como San Judas y San Charbel y enigmáticos cultos sincréticos desconocidos.
También hay venta de animales exóticos, plantas medicinales y hierbitas de dudosa procedencia. Cuando termines tus compras podrás comerte unas ricas quesadillas, sopes o gorditas en alguno de los cientos de puestos de fritangas, y por qué no, hacerte una limpia en alguna de sus modalidades.
Mercado Abelardo L. Rodríguez
El mayor atractivo del Abelardo son sus impresionantes murales de casi mil 500 metros cuadrados pintados por los estudiantes del maestro Diego Rivera, en los que se plasman temas como la lucha de clases, la soberanía alimentaria, el avance de la ciencia y la batalla contra los regímenes fascistas de la época. Imagínate, un mercado que puede presumir por contar con un auditorio y una biblioteca popular. Esa es la magia del Abelardo.
Mercado de Jamaica
Sesenta años de tradición lo avalan. El l Mercado de Jamaica es el lugar ideal para adquirir cualquier tipo de flor o planta; desde una linda rosa, hasta el majestuoso arreglo floral. Se calcula que en Jamaica se venden unas mil 500 especies de flores y plantas tanto mexicanas como extranjeras.
Hace poco más de 100 años, en esta misma zona, existió el Canal de la Viga, una de las últimas vías fluviales que recorrían el oriente del Valle de México de norte a sur, en el que se vendían flores, comida y animales. Este mercado es heredero de esa antiquísima tradición.
Mercado de La Lagunilla
En el momento en que el gobierno del Distrito Federal ordenó la construcción de nuevos mercados, implicó la demolición de los más antiguos, entre ellos el de La Lagunilla, una obra maestra arquitectónica del siglo XIX construida por Miguel Ángel de Quevedo en 1905.
El nuevo mercado fue construido en 1957, con una división en cuatro enormes naves: Comida, Ropa, famoso por sus vestidos de novias y quinceañeras, Zona y Varios. Desde entonces, La Lagunilla se convirtió en uno de los lugares más emblemáticos de la cultura e idiosincrasia capitalina, al punto que música, cine y literatura hablan sobre este legendario lugar.
Pero si eres aficionado a las “chácharas” o a las antigüedades como muebles, libros, arte plástico, discos, juguetes, ropa, etc., te recomiendo visitarlo los domingos, día en que las calles aledañas se cierran para dar paso al mercado de pulgas más famoso del país.
Mercado de San Juan
Un mercado para los más exigentes gustos. El mercado de San Juan es el lugar perfecto para chefs, turistas con paladar aventurero y personas con gustos exóticos y refinados. Aquí encontrarán carnes de cualquier animal vivo, extinto o mitológico: avestruz, cocodrilo, víbora, gusanos de maguey, chapulines, huevos de hormiga, jabalí, venado o armadillo.
Desde los quesos europeos más finos hasta las hierbas y flores comestibles más raras del país. Todo esto existe en el mercado de San Juan, en donde hay alimentos para cualquier gusto y bolsillo. No olvides que mientras haces tú despensa o regresas de una larga caminata por el centro, podrás devorar una deliciosa baguette o torta en alguno de los puestos que ofrecen alimentos preparados igualmente exquisitos.
Mercado La Paz
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Joya arquitectónica y símbolo del porfiriato, el mercado de La Paz es sin duda uno de los mercados más bellos de toda la ciudad. Es único por sus ladrillos rojos recocidos, que combinan perfectamente con la Casa Frissac calle abajo.
Por su antigüedad (1898-1900), La Paz es una visita obligada para cualquier paseante en el Centro Histórico de Tlalpan, además de deleitar a los amantes de la historia.
Esto es solo una mínima muestra de los emblemáticos mercados tradicionales en la cultura popular y que no te puedes perder.
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