Si piensas que ya lo has visto todo estás muy equivocado, ahora te sorprenderás con lo que puedes descubrir en Guanajuato.
Sus impresionantes túneles, el museo de momias, su arquitectura colonial y el mirador es lo primero que te puede impresionar de esta maravillosa ciudad. Pero la sensación de estar en un lugar diferente, con un majestuoso colorido de día y una misteriosa atmósfera de noche es lo que te invito a conocer en Guanajuato.
Iglesia de San diego
Uno de los lugares para iniciar la visita es la Iglesia de San Diego. Este templo franciscano debió ser reconstruido varias veces a causa de grandes inundaciones que lo dañaron gravemente. El actual edificio data de 1784. En la fachada pueden verse columnas invertidas propias del barroco mexicano, conocido como churriguresco.
Teatro Juárez
El punto de reunión obligado es el Teatro Juárez, una joya arquitectónica inaugurada por Porfirio Díaz en 1903. A pesar de su manifiesto eclecticismo, propio de fines del siglo XIX, se destaca su atrio de influencia griega en estilo dórico. En lo alto de la fachada hay ocho magníficas esculturas de bronce que representan a musas de las ciencias y las artes.
En sus alrededores se ven decenas de jóvenes vestidos como juglares medievales. Conforman diferentes estudiantinas que por las noches, animadas con guitarras y canciones, guían a los visitantes por los callejones más importantes de la ciudad.
Los callejones
Guanajuato cuenta con más de 3,000 callejones. Son pequeños pasillos peatonales con y sin escaleras que suben y bajan, y funcionan como conductos que unen casas, comercios y personas. El más famoso es el Callejón del Beso, uno de los más angostos del mundo.
Sus túneles
El Centro Histórico, gracias a la red de túneles, no tiene tránsito vehicular. Uno comienza la caminata desde el Teatro Juárez, frente al cual se encuentra el Jardín de la Unión, una bella plaza arbolada. Caminando por la calle Obregón, a mano derecha enseguida aparece la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato.
Plaza de la Paz
Frente a ella se abre la Plaza de la Paz, uno de los espacios más bellos de la ciudad. A ambos lados se levantan construcciones coloniales mientras la calle desciende una suave pendiente. Si uno quiere dar una vuelta pequeña, al llegar a la esquina de la calle Juan Valle debe doblar a la derecha y subir en la calle Pocitos.
A pocos metros uno se encuentra con uno de los escenarios más típicos de la ciudad: la Universidad de Guanajuato, que fue reformada en 1955 (originalmente un seminario jesuita del siglo XVIII) con sus amplias escaleras asimétricas.
Templo de la compañía de Jesús
Un poco más allá, el Templo de la Compañía de Jesús, cuya fachada es un ejemplo del churrigueresco temprano. El churrigueresco es una rama del barroco arquitectónico español que llegó a la América colonial. Su nombre proviene de los Churriguera, una familia de arquitectos cuyos diseños se caracterizaban por sus recargados detalles y la sensación de movimiento que proveían.
No es exagerado decir que en esa reducida área recorrida se encuentran las construcciones más monumentales de la bella Guanajuato.
La alhóndiga de granaditas
La
Alhóndiga de Granaditas, hoy Museo Regional de Guanajuato. Es un enorme edificio de tiempos del virreinato que reúne una interesante colección de piezas coloniales y de la lucha por la independencia de México. Desde la Alhóndiga se obtienen magníficas vistas de la ciudad.
El Mirador
La ciudad tiene un magnífico mirador, con una enorme estatua a El Pípila, apodo de Juan José de los Reyes Martínez, símbolo de los mineros guanajuatenses que se sumaron a las huestes de Hidalgo en su lucha por la independencia de México. Desde el mirador se desciende al centro histórico a través de las estrechas escalinatas de coloridos callejones.
Una experiencia que no te puedes perder.
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